Delante de la obra,
cubiertos como todos los días,
me paro a mirarlos.
Sentí miedo por ellos
con las últimas lluvias
Están ahí
Abrazados, hechos un ovillo
Unos encimas de otros
Un amasijo peludo respira
Mañana lentamente volveré
Temblando suavemente
por temor a molestarlos
En poco tiempo,
un día cualquiera,
mientras escribo
saldrán de la improvisada casa
Lentamente se habrán ido.